La senda tiene su origen en las proximidades de un pequeño grupo de casas conocido como Vega, en concreto, desde el punto donde la carretera cruza el Río Seco. En este punto se encuentra el Palacio de los Argüelles (s.XVII), la Capilla de Santa Lucía, el “Molín de Vega” que funciona ocasionalmente, y aún se puede apreciar la acequia con la que se canalizaba el agua procedente del río para mover la maquinaria del molino. La acequia se reúne con el río a la altura del puente.
Desde este punto, comienza una ligera ascensión por un sendero marcado que, discurriendo entre prados y alguna zona arbolada, sobre todo de robles y castaños, llega a una zona boscosa más densamente poblada, bien conservada, donde se pueden apreciar ejemplares de los ya mencionados castaño y roble, así como de acebo, espinera, etc. Por el camino se encuentra un ramal, un camino que sube hacia la ermita del cristo de la Bienvenida.
Se continúa bordeando por un terreno llano, un pico de 312 metros hasta conectar con una pista asfaltada, nuevamente en ascenso, que conduce a La Braña.
La Braña es el último núcleo que vamos a dejar en nuestro camino hacia el Picu Castiellu (437 m). Tras pasar por este grupo de casas, dejamos la pista asfaltada, pasamos por un breve camino, para luego tomar un sendero trazado por el paso de ganado y encaminar libremente nuestros pasos, por no haber trazado de subida alguno hacia la cima del Castiellu.
La cima, proporciona unas excelentes vistas del concejo y se encuentra una cruz de madera que marca la zona más elevada del mismo, así como restos de un castro no visibles por estar enterrados. Desde aquí, puede observarse un predominio del medio rural característico del paisaje asturiano, pero ofreciendo un interesante contraste de éste con el aspecto urbano reflejado en las vistas de Pola de Siero.